Haciendo un paréntesis en mi blog, y por petición de los seguidores en twitter, comentaré mi experiencia con el tabaco, cómo lo he dejado y cómo lo he pasado.
Para comenzar, diré que mi adicción al tabaco empezó de la forma más tonta. Los amigos con los que me reunía para salir me decían "anda, por probarlo, no te pasará nada." Yo ante mi negación de hacerlo, un buen día dije "¿Por qué no? y lo probé. He de reconocer que su sabor no me agradaba nada, ¡pero claro! Tenía aquella estúpida sensación de "ser más hombre", sensación que creo que a la mayoría de jóvenes le ocurre.
Pasé de fumar un cigarrillo los sábados, a fumar dos o tres todos los fines de semana y así sucesivamente. Cuando menos te das cuenta, eres adicto al tabaco y lo peor de todo, es que crees que lo puedes dejar cuando tú quieras, piensas que eres tú quien controlas esa adicción y no amigos, es la adicción la que te controla a ti.
En el deporte, y como es normal, al principio no notaba cambios, mi resistencia era igual que siempre, mi velocidad también, por lo que me dije a mi mismo "Pues no es tan grave fumar como todos dicen", y seguía fumando cada vez más.
Llega el momento en el que jugando un partido de fútbol sala, tengo una sensación de ahogo, de incapacidad física, lo achacaba a "un mal partido" cuando en realidad era causas de fumar, mi capacidad respiratoria disminuía considerablemente. Lejos de dejar de fumar, caí más hondo aún, mi alimentación no acompañaba a un deporte como era el fútbol o el atletismo así que dejé todo deporte, fútbol, atletismo,.... Y sí, tengo que reconocer que "me eché a perder".
Cuando me dí cuenta de mi obesidad (en las primeras entradas del blog, lo podréis leer) y decidí realizar un cambio de hábitos a nivel físico y mental, comencé a caminar todos los días, a perder peso y con ello, veía más cerca el sueño de volver a ser aquella persona que tanto echaba de menos. Pensaréis... "¿Y qué tiene que ver esto con el tabaco?" Mucho, pues este cambio de vida, fue el que me abrió los ojos y por el cual pude dejar el tabaco, me explico:
Conforme perdía peso, se incrementaban mis ganas de correr en sustitución de caminar, pero... ¿Cual es el problema? Si amigos, el tabaco. No duraba ni 15 minutos corriendo y a un ritmo no muy bueno, rondaba los 11-12 minutos por kilómetro. Mi chica, o "mi ángel caído del cielo" como yo la llamo me dijo mil veces que dejara de fumar, yo hacía oídos sordos.
He de reconocer algo de lo que no estoy orgulloso, y es que una vez le dije que ya no fumaba y fumaba a escondidas. En realidad, fue un acto de cobardía por mi parte, pero creo que no seré ni el primero ni el último que haya recurrido a estos métodos. El tabaco es una adicción y como tal, no es fácil dejarlo.
Seguía perdiendo peso pese a no poder correr. A todo esto... ¿Sabíais cuánto fumaba a estas alturas? Unos 30 cigarrillos, o lo que es lo mismo, un paquete y medio diario. Llegué al punto en el que subir las escaleras de mi casa, se me hacía una odisea y es ahí cuando reflexioné y me dije en voz alta "Quiero correr, quiero estar sano, quiero ser el yo de antes, quiero sentirme feliz y sobre todo, quiero hacer cumplir un sueño a la chica que siempre me ha apoyado en todo" Esto último, lo tenía como asignatura pendiente tras ese pequeño engaño de fumar a escondidas suya.
Como es normal, me senté con ella y le dije que lo iba a dejar, que se acabó, y como su carisma le representa, me apoyó y me dijo literalmente: "David, sabes que puedes, sólo basta con querer" así que me propuse dejar aquel asqueroso vicio que tantos problemas me ha traído.
Al principio, o mejor dicho, los dos primeros días, lo pasaba muy mal, tenía un genio y una "mala ostia" increíble, no daba basto para caramelos, chicles,... Pasados los primeros días, me relajé y mi humor se fue estabilizando, hasta tal punto, que ya si me creía capaz de dejarlo, mi mente se hacía más fuerte.
Hoy día, puedo decir orgulloso que lo conseguí, llevo más de dos años sin fumar y lo mejor de todo, es que he vuelto a ser aquel niño feliz, que se pasaba las horas jugando a fútbol sin cansarse, aquel niño que corría incesablemente y ¡¡Si!! pude cumplir con esa asignatura que tenía pendiente con mi chica. Cuento mi experiencia para que veáis que si se puede dejar de fumar, de echo, no seré ni el primero ni el último que deje de hacerlo.
Desde aquí, mando todo el apoyo y todo el ánimo del mundo a todas las personas que quieren dejar de fumar, espero que mi experiencia sirva como ejemplo.
¡¡¡Gracias por leerme!!!
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